Desgarré la luna
para su complacencia y la mía,
fui del viento la pluma inversa
que arrebató de los ocasos
el matiz necesario
para pintarle emociones,
en su piel es mi boca
la sombra dulce que acaricia
la humanidad de sus poros
convirtiendo el silencio
en la partitura gloriosa
de un encuentro innombrable.
Soy todo para ella
siendo más hombre
del que siempre he sido,
pero a veces no sé
si ella extraña al poeta
que una vez arrancó de su dermis
emociones que nunca antes
sintió.
Anthony Molina copyright © 2012