No es de extrañarse que con tantas soledades mi boca de pronto vomite desiertos...

Grietas II


Hay tanta desesperación en mis ojos
que se quiebran como el sol
de un paisaje muerto y olvidado.

Quisiera comprender porque la negra espuma
de mis mares añejos y prohibidos
ahora se beben el cristal de mi boca,
y no es que pretenda yo parar las horas
ni responder ante mis ceguera
si en verdad tengo algún credo sometido
o dioses de barro que se quiebran.

Pero aún tengo un trozo
de aquellas esperanzas
que habitaron en mis bolsillos, 
para hacer florecer un ocaso
en la costa de mis dioses rotos...

Hay tanta desesperación ante mis ojos
que ahora se quiebran como el cielo
que una vez acunó mis dioses de barro
con su credo puesto en duda. 











Anthony Molina copyright © 2012